Nos paramos al lado de las empresas que luchan por tener consistencia con sus resultados en ventas, a desarrollar un sistema que les permita a través de sus equipos de trabajo asumir el control de sus resultados y dejar de depender de los vaivenes del mercado.

1. Por qué

Cada vez es menos extraño encontrarme con que la gestión comercial se hace de manera empírica en las empresas.

Esto se debe a que tanto las ventas y  la negociación no nos las enseñan en colegios y universidades, nuestro equipo termina haciendo gestión a su mejor saber y entender, sin la certeza de que sea el camino más eficiente para conseguir resultados.

Lo qué normalmente hacen es copiar de manera inconsciente lo que hacen otras empresas, sin tener en cuenta que su gestión también es empírica y sin saber que resultados están consiguiendo.

Es común encontrar el mismo círculo de gestión, las mismas oportunidades con los mismos clientes con muy poco recambio, nos chocamos todo el tiempo cuando buscamos encontrar nuevos clientes.

Esto hace que nuestra tasa de conversión no sea alta o que para cerrar negocios debamos dar el mejor precio.

¿Vendemos simplemente productos? ¿Nuestro mercado no percibe nuestro diferencial?

¿Estaremos dejando plata y oportunidades  en la mesa?

Los resultados dependen del talento del fundador, sin una metodología que le permita trasladar esta manera de trabajar en la gestión del resto del equipo.

Todo esto termina generando procesos ineficientes y reduciendo las posibilidades de crecimiento y expansión de las organizaciones debido a que los founders tienen una capacidad instalada en tiempo y recursos que no pueden replicar.